¡LOS FOULARDS SOSOS SE HAN ACABADO!!
¿Tenéis en vuestro vestidor algunos pañuelos de cuello que no usáis porque simplemente no hay manera que no se escurran constantemente? Yo si, bueno, tenía.
Me refiero a esos pañuelos largos que son de telas tan suaves o resbaladizas que no hay manera de que se queden con una forma concreta o simplemente que se queden en tu cuello.
Yo tenía unos cuantos pero lo he solucionado, ¿os cuento cómo?
A ver, hace unos meses me compré una de las mejores adquisiciones de este siglo, jajaja, un pañuelo-bufandita en tubo. Descubrí lo práctico que resultaba ponerlo y lo sencillo que resultaba llevarlo con estilo, un gran complemento durante todo este invierno.
Pero con estas nuevas temperaturas necesitaba otra opción menos invernal. Rebuscando en mis cajones descubrí que tenía un foulard negro con lunares muy pequeñitos, este pañuelo siempre me ha gustado mucho, además era de mi madre y me hacía mucha ilusión llevarlo, es ideal para este tiempo porque es fino, pero no lo podía usar habitualmente porque no deja de resbalarse. Así que simplemente recordé lo fácil que resultaba con mi pañuelo en tubo, ni corta ni perezosa medí mi pañuelo de lunares, y al ver que permitía darle dos vueltas y que entrara por la cabeza, saqué mi máquina de coser.
En este caso, al ser de tela vaporosa y muy ancho lo hice de la siguiente manera, lo doblé por la mitad a todo lo largo, y pasé un pespunte a todo junto.
Os lo recomiendo, nunca más se te resbalará del cuello, y da igual si no sabes cómo atarte un pañuelo, no tendrás que volver a hacerlo.
Ah, y si tu pañuelo tiene flecos o borlas, las cortas y ya está, pero no las tires, por ejemplo las borlas las puedes coser en la mitad para que te queden de adorno central.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario, gracias.